Historial de la Campaña

domingo, 12 de abril de 2009

Domingos. Domingos. Domingos.

Seré sincero. Tan sincero que si la sinceridad fuera miel yo seria una fucking colmena, con abejas reinas, trabajadoras e incluso pequeñas holgazanas. De esas que se pasan todo el día leyendo Gente y mirando Intrusos. Perdón, sin mayúsculas, intrusos.

Y en este rapto de sinceridad les confesaré: El arte de la escritura, es quizás mi falta más grande. Por lo menos la única que me es visible. Reconocible. Básicamente, carezco de la suave brisa de Whitman, o de los oscuros callejones de Kafka. Incluso carezco del peor de los días de Dan Brown.

Aquí es donde entra en escena el joven Bonair. Harapos cuelgan de sus hombros, mientras contempla las hojas vacías de las tiras del porvenir. Vuelan metáforas, e inconcluso versos y así nace Flexor y sus desventuras.

Todo este chanchullo escrito ha venido a existir por la siguiente razón: Estoy preparando una historieta para un buen intencionado y gustoso concurso. Y la ardua tarea de escribir, releer, y hacer estallar ideas se me hace bastante tedioso. Termino de escribir 10 páginas, tiro 5, quemo 3, con una hago un hermoso boeing y la ultima, la reescribo. Creo encontrar la senda, dibujo lo que he escrito, y durante 2 segundos contemplo contento lo que me llevo varios días. Y luego pienso que quizás no esta del todo bien…

Si, si, que soy demasiado perfeccionista. Si, que recién empiezo. Si, que no tengo experiencia. Que con los errores se aprende.
Agh…. Cambiaría un poco de aprendizaje por un poco de talento, les digo.

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